Te doy un par de apuntes más teóricos y alguna idea práctica. Espero que te sirva.
Por un lado, creo que es importante dar un pasito atrás para comprender el lugar del que viene tu hijx. Ha pasado 9 meses intrauterinos, dentro del vientre de su madre. Estableciendo una tipo de comunicación y una conexión de las que nosotros, cuidadores no gestantes, carecemos. Esta comunicación es muy instintiva y poco racional. Se entienden sin apenas hacer nada. Se sienten, se huelen, se saben...
Entre los 9 meses/1 año posteriores al nacimiento existe un periodo llamado "exterogestación", en la que nuestrxs hijxs, nacidxs cerebralmente inmadurxs, continúan su gestación, es decir, que continúan su maduración fuera del útero materno. Aquí esa comunicación establecida con la madre continúa siendo la base de su vínculo principal. La madre supone en esta primera etapa de vida la base de la vida. El olor de la madre, el sonido de su voz, su presencia y su contacto, suponen para nustrxs hijxs un lugar seguro, reconocible, la madre es "casa".
Por otro lado, nuestrxs hijxs acaban de llegar a este mundo. Son nuevxs, y están aprendiendo por primera vez todo lo que hacen. Por primera vez aprenden a relacionarse con figuras de cuidado secundarias (nosotrxs!!!), por primera vez aprenden a tener un ritmo de sueño circadiano (regido por el ciclo noche/día), por primera vez se alimentan con alimento que deben digerir, por primera vez pueden jugar a retener y a soltar sus esfínteres, por primera vez taaaaaantas cosas. Llegan aquí con un cuerpo nuevito, a estrenar, con un montón de botones y de posibilidades.
El sueño, al igual que la alimentación y la regulación de esfínteres, es uno de esos momentos que denominamos sensibles. Dormirse significa soltar el control y confiar. En algún sentido metafórico, dormirse es una pequeña muerte. Y este acto que como adultos podemos considerar tan cotidiano y falto de significación, para unx niñx que está explorando y descubriendo sus propios límites como ser individual, dormirse puede ser toda una epopeya. La presencia de la madre puede (y suele) suponer en este caso, un bálsamo que permite que nuestrxs hijxs se relajen, se atrevan a soltar, y en definitiva, se duerman.
Como cuidadorxs no gestantes, nuestra comunicación con nuestrxs hijxs es diferente. Tiene una cualidad diferente. Parte desde otro lugar. Es una construcción posterior, y a veces nos pasa que aspiramos a tener una comunicación similar o igual que la madre. Esto puede ser muy frustrante para nosotrxs, porque por mucho que lo intentemos, no sucede. No hemos gestado, no hemos establecido ese pacto de inicio de vida. Nuestra comunicación se construye ladrillo a ladrillo. Poquito a poquito. La relación de confianza y la posibilidad de que nuestrx hijx confíe tanto en nosotrxs que quiera/pueda quedarse dormido en nuestros brazos, o bajo nuestro cuidado, requiere de una conquista personal y de un compromiso con la presencia y el cuidado por nuestra parte.
Así que para poder construir esta relación de confianza que permita que eventualmente nuestrx hijx nos regale el hecho de quedarse dormidx con nosotrxs (con todo lo que ello significa), propongo GENERAR ESTA RELACIÓN DE CONFIANZA FUERA DE LOS MOMENTOS SENSIBLES, como por ejemplo, haciendo pequeños juegos, observándolx durante largos ratos, estando disponible, sin móviles, ni tareas que hacer, contándole historias, cantándole alguna canción, etc. Esto implica mucha presencia, mucha cercanía, y mucha consciencia de que nuestros actos son los acercan o alejan a nuestrx hijx de nosotros mismos.
También propongo COMPRENSIÓN del hecho de que NUESTRO LUGAR DE CUIDADO ES SECUNDARIO ( no por ello menos importante), y que cada acercamiento y permiso que nuestrx hijx nos dé es un regalo para nosotrxs, y además una confirmación de que estamos generando la posibilidad de que confíe en nosotrxs.
Y por último, y como base para las dos propuesta anteriores, propongo PACIENCIA para no tratar de adelantar los actos de apertura que nuestrx hijx puede hacer hacia nosotros, porque si forzamos a una flor a abrirse antes de tiempo, en realidad no estamos viendo a la flor en su hermoso proceso de crecimiento, si no las ganas que tenemos de ver esa flor abierta, y de que nos regale su fragancia, y esto supone estar más pendiente de nuestrxs necesidades que de las necesidades de la flor!!!
Así que como última propuesta, propongo que en esta etapa de vida de los primeros años, siempre que haya dudas sobre qué hacer, o cómo hacer, VOLVER A MIRAR SIEMPRE LAS NECESIDADES DE NUESTRX HIJX.
En definitiva, presencia y paciencia!!
Espero que sea de ayuda esta respuesta y que tenga sentido para ti Sergio!
Un abrazo
Rubén
Me gusta
Miembro desconocido
02 jul 2022
Contestando a
Muchas gracias por la respuesta, pues la verdad es que sí que me ha servido, ya que me ha hecho ver una cosa de la que "fallaba", y es ese acercamiento, porque sí, estoy con ella, pero la mayoría de las veces estoy haciendo tareas, así que, a partir de ahora jugaré más con ella y las tareas ya las haré.
Muchas gracias y me encanta que esté éste foro, es maravilloso.
Saludos
Me gusta
Miembro desconocido
30 jun 2022
Buenas noches, lanzo mi pregunta, a alguno le ha pasado o le pasa que su hijo o hija de 1 año no tiene narices a dormirse con él? A mí me pasa y la verdad es que me preocupa, porque no deja a la madre y cuando se va a algún sitio con las amigas a cenar o algo no se duerme hasta las mil, y sí, dormirla con un poco de suerte se duerme, pero cuando se despierta yo no la puedo dormir. Espero vuestros consejos, un saludo.
Hola Sergio!
Que bien que inaugures este espacio!
Te doy un par de apuntes más teóricos y alguna idea práctica. Espero que te sirva.
Por un lado, creo que es importante dar un pasito atrás para comprender el lugar del que viene tu hijx. Ha pasado 9 meses intrauterinos, dentro del vientre de su madre. Estableciendo una tipo de comunicación y una conexión de las que nosotros, cuidadores no gestantes, carecemos. Esta comunicación es muy instintiva y poco racional. Se entienden sin apenas hacer nada. Se sienten, se huelen, se saben...
Entre los 9 meses/1 año posteriores al nacimiento existe un periodo llamado "exterogestación", en la que nuestrxs hijxs, nacidxs cerebralmente inmadurxs, continúan su gestación, es decir, que continúan su maduración fuera del útero materno. Aquí esa comunicación establecida con la madre continúa siendo la base de su vínculo principal. La madre supone en esta primera etapa de vida la base de la vida. El olor de la madre, el sonido de su voz, su presencia y su contacto, suponen para nustrxs hijxs un lugar seguro, reconocible, la madre es "casa".
Por otro lado, nuestrxs hijxs acaban de llegar a este mundo. Son nuevxs, y están aprendiendo por primera vez todo lo que hacen. Por primera vez aprenden a relacionarse con figuras de cuidado secundarias (nosotrxs!!!), por primera vez aprenden a tener un ritmo de sueño circadiano (regido por el ciclo noche/día), por primera vez se alimentan con alimento que deben digerir, por primera vez pueden jugar a retener y a soltar sus esfínteres, por primera vez taaaaaantas cosas. Llegan aquí con un cuerpo nuevito, a estrenar, con un montón de botones y de posibilidades.
El sueño, al igual que la alimentación y la regulación de esfínteres, es uno de esos momentos que denominamos sensibles. Dormirse significa soltar el control y confiar. En algún sentido metafórico, dormirse es una pequeña muerte. Y este acto que como adultos podemos considerar tan cotidiano y falto de significación, para unx niñx que está explorando y descubriendo sus propios límites como ser individual, dormirse puede ser toda una epopeya. La presencia de la madre puede (y suele) suponer en este caso, un bálsamo que permite que nuestrxs hijxs se relajen, se atrevan a soltar, y en definitiva, se duerman.
Como cuidadorxs no gestantes, nuestra comunicación con nuestrxs hijxs es diferente. Tiene una cualidad diferente. Parte desde otro lugar. Es una construcción posterior, y a veces nos pasa que aspiramos a tener una comunicación similar o igual que la madre. Esto puede ser muy frustrante para nosotrxs, porque por mucho que lo intentemos, no sucede. No hemos gestado, no hemos establecido ese pacto de inicio de vida. Nuestra comunicación se construye ladrillo a ladrillo. Poquito a poquito. La relación de confianza y la posibilidad de que nuestrx hijx confíe tanto en nosotrxs que quiera/pueda quedarse dormido en nuestros brazos, o bajo nuestro cuidado, requiere de una conquista personal y de un compromiso con la presencia y el cuidado por nuestra parte.
Así que para poder construir esta relación de confianza que permita que eventualmente nuestrx hijx nos regale el hecho de quedarse dormidx con nosotrxs (con todo lo que ello significa), propongo GENERAR ESTA RELACIÓN DE CONFIANZA FUERA DE LOS MOMENTOS SENSIBLES, como por ejemplo, haciendo pequeños juegos, observándolx durante largos ratos, estando disponible, sin móviles, ni tareas que hacer, contándole historias, cantándole alguna canción, etc. Esto implica mucha presencia, mucha cercanía, y mucha consciencia de que nuestros actos son los acercan o alejan a nuestrx hijx de nosotros mismos.
También propongo COMPRENSIÓN del hecho de que NUESTRO LUGAR DE CUIDADO ES SECUNDARIO ( no por ello menos importante), y que cada acercamiento y permiso que nuestrx hijx nos dé es un regalo para nosotrxs, y además una confirmación de que estamos generando la posibilidad de que confíe en nosotrxs.
Y por último, y como base para las dos propuesta anteriores, propongo PACIENCIA para no tratar de adelantar los actos de apertura que nuestrx hijx puede hacer hacia nosotros, porque si forzamos a una flor a abrirse antes de tiempo, en realidad no estamos viendo a la flor en su hermoso proceso de crecimiento, si no las ganas que tenemos de ver esa flor abierta, y de que nos regale su fragancia, y esto supone estar más pendiente de nuestrxs necesidades que de las necesidades de la flor!!!
Así que como última propuesta, propongo que en esta etapa de vida de los primeros años, siempre que haya dudas sobre qué hacer, o cómo hacer, VOLVER A MIRAR SIEMPRE LAS NECESIDADES DE NUESTRX HIJX.
En definitiva, presencia y paciencia!!
Espero que sea de ayuda esta respuesta y que tenga sentido para ti Sergio!
Un abrazo
Rubén
Buenas noches, lanzo mi pregunta, a alguno le ha pasado o le pasa que su hijo o hija de 1 año no tiene narices a dormirse con él? A mí me pasa y la verdad es que me preocupa, porque no deja a la madre y cuando se va a algún sitio con las amigas a cenar o algo no se duerme hasta las mil, y sí, dormirla con un poco de suerte se duerme, pero cuando se despierta yo no la puedo dormir. Espero vuestros consejos, un saludo.